miércoles, 29 de septiembre de 2010

Alberni Inlet

Debe su nombre a un oficial español de la guarnición de Nootka a finales del Siglo 18. Ayer hemos hecho una excursión inolvidable a bordo del Frances Barkley, un ferry noruego del 58 transformado para carga y pasaje. A las ocho de la mañana salíamos de Port Alberni, para recorrer el canal de Alberni hasta un pueblecito remoto que se llama Bamfield, ya a orillas del pacífico. Por el camino, nada mas salir, un oso negro en la orilla, pero lo suficientemente lejos como para que fuera imposible fotografiarlo con una cámara compacta. Varias escalas para cargar y descargar mercancía, otra para embarcar una mudanza, si, los muebles y enseres de una casa a orillas del canal, atracados al pequeño pantalán se subieron a bordo sillas, mesas, jarrones, lamparas, un armario..., otra para entregar y recibir el correo en una micro oficina de correos que cubre un sector del canal, alguna otra carga y descarga directamente en el mar, desde y hasta una lancha, y por fin Bamfield West (la localidad ocupa dos penínsulas separadas por un canal) donde desembarcamos los pasajeros, el barco cruzaba el canal y también cargaba y descargaba en la zona este, para volver después al oeste a recoger a los viajeros. En Bamfield también hay oficina de correos y una estación del Coast Guard. A todos esos minipuertecitos, a veces una o dos casas solas, a veces una granja de pescado o un desembarcadero de la madera que se extrae de los bosques, a veces una zona de acampada, a todos esos lugares no se puede llegar nada mas que en barco, hidroavión e helicóptero, o bien por pistas forestales, porque no hay carreteras, y entre Port Alberni y Banfield hay como cincuenta millas nauticas. La mañana apareció nublada y fresca, incluso tuvimos un ratito de lluvia y otro de niebla cerrada, pero llegando a Banfield el cielo se abrió con un sol esplendido y tuvimos un resto de la jornada y viaje de regreso en camiseta y espectacular, acompañados todo el rato por leones marinos que parecían discutir con las gaviotas por la comida, asomaban la cabeza y saltaban, da la sensación que el león marino cuando ha capturado un pescado saca la cabeza del agua para comerlo, y entonces aprovechan las gaviotas para intentar arrebatárselo. Como con el oso de por la mañana, hemos intentado capturar este otro espectáculo, pero me temo que se necesita una cámara con una enorme optica y tomar rafagas de imágenes para que salga algo aceptable.

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