miércoles, 27 de octubre de 2010

Certamen de Cine de Viajes, segunda edición

Del 12 al 14 de noviembre celebramos en Majaelrayo y Campillo de Ranas la segunda edición de nuestro Certamen de Cine de Viajes. Aqui, por ahora, el cartel y algunos enlaces en los, que sepamos, ya nos estamos dando a conocer:la web oficial del certamen, en YouTube hemos colgado nuestro video promocional, en la tele de nuestros amigos, VeoGuadaTv, nos han subido una entrevista y tambien el video clip, tenemos el evento del certamen en Facebook, nos anuncian en la revista de montaña Desnivel, y también en el periódico Diagonal, y seguramente encontraremos mas porque esto promete!!

sábado, 9 de octubre de 2010

Ya estamos de vuelta (2ª parte)

Maravillosa excursión por el inlet Alberni, con parada en varios puntos estratégicos, como esta oficina de correos.

Un viaje como los de antes, rezaba la publicidad del barco que nos llevó, cuando el tiempo discurría de otra manera. Y era verdad.











Algunos descubrimientos interesantes en los alrededores, como la isla de Newcastle, con su lago fantasmagórico. Cowichan Valley. Las cascadas de Englishman River.
Las “Goats on the roof” de Coombs. Literalmente así, una tienda de comestibles con un prado en el tejado, dónde comen hierba las cabras. Muy turístico, con sabor a american way of life, de hecho ahí celebran “rodeos” los fines de semana, pero nos lo perdimos.



Poco a poco , vimos los bosques cubrirse de otoño, espectacular escala de colores. Solo eso merecía el viaje.




Lo último,Vancouver, dónde por primera vez desde que aterrizamos en British Columbia, oímos hablar castellano, con acento guatemalteco que es lo que más abunda acá.
Con una agradable sorpresa en forma de anciana señora muy culta, que conocimos en la galería de arte de Bill Reid, afamado escultor first nation,y nos invitó a su casa a tomar una copa de vino para charlar. ¡Gracias, Diana! fue lo mejor.
Bonita ciudad, tan sorprendente cómo Victoria. Rascacielos , barrios antiguos con sabor a siglo XIII, Chinatown y unas calles “poco recomendables”, dónde nos perdimos la primera noche. Con susto-susto en el cuerpo, hasta recalar en un comedor chino, dónde una vieja bruja nos pegó a gritos la reprimenda del siglo por no dejarle lo estipulado de propina , un 15% de la factura. Rápidamente Jerónimo nos avisó que era obligatorio por ley. Así que a partir de ahí, y a falta de Sudoku, tuvimos que agudizar el cerebro y el calculo mental para quedar bien en todos sitios. Recomendables, por otra parte, los restaurante asiáticos de la ciudad,.
Y vuelta a casa, con el calor de los amigos esperándonos. Lástima encontrarnos con nuestra casa descuidada, todo por los suelos, la lavadora atascada. Menos mal que tenemos aquí a “McGiver-Barito” que la arregló y he podido lavar, suavizar, desodorizar y planchar el desaguisado. Es la primera vez que nos pasa, confiemos en que sea la última.

viernes, 8 de octubre de 2010

Ya estamos de vuelta (1ª parte)

Ya estamos de vuelta. El viaje ha sido muy interesante. Emocionante a veces, decepcionante otras, pero nada nos ha dejado indiferentes. Revisando las fotos, intento transmitir emociones recibidas, que es lo que queda después de depurar recuerdos, instantes reflejados en una cámara.

Pasaré el cansancio del largo viaje, los múltiples controles de identidad, la pretendida “seguridad” de los aeropuertos Nuestro azaroso recorrido por Nanoose Bay.
Nuestro desconcierto al encontrar una casa que no esperábamos así, con evidentes señales de descuido por todas partes, y el tirarnos a la cama sin querer pensar en más hasta el día siguiente.
Amaneció y nos topamos con esta preciosa vista, olor a mar, ruido de marea bajando o subiendo,gritos de gaviotas, y playita. Profusión de ostras y estrellas moradas.

Luego fuimos a conocer Nanaimo, que no existía más que en nuestra imaginación. Solo encontramos este puerto, muy digno, con barcos, aviones, y un “fish&chips” auténtico, con cantante de “country” amenizando.

Encuentro fortuito con los deers, nada asustadizos, pero manteniendo las distancias
Nuestro primer paseo por los alrededores. Decepción al ver que no se podía llegar a la costa-costa. Todo privado, no trespassing, private property. Hasta que encontramos Beachcomber, un diminuto parquecito natural mantenido por los vecinos, a unos 20 mns. andando de casa, con breathtaking sunsets, y una semanas más tarde, la llegada de leones marinos que no veíamos, pero si oíamos. Se convirtió en nuestro atardecer preferido, con cervecita y cigarrillo a escondidas.

lY los cables.. fijaos que lío de cables, por todas partes, las carreteras, las casas. ¡Y nosotros aquí, exigiendo eenterramiento de los cables!..

El descubrimiento de Ladysmith y Chemainus, con interesantes pistas sobre el pasado de estas tierras y el principio de la búsqueda de sus orígenes.

Los gigantescos "douglas-fir"de Cathedral Drove.

Cena con Mark y Geli, hablando de Arsenio, de los conquistadores españoles que dejaron sus nombres por toda la isla, y una intrépida aventura por las tierras de Nootka.

Un oso que se nos cruzó por la carretera. Nuestro encuentro con Margarita, Much’alat de la isla de Nootka, conversación y entendimiento. Una ballena, la única que veríamos en todo el viaje, que salió a despedirnos.

El mapache que cruzó la terraza, pero no se dejó fotografiar.

Los leones marinos del faro de Ucluelet, en la costa oeste pacífica. Las leyendas de su tribu, maravillosamente contadas por Roy Henry Vickers en Tofino. El salmón ahumado que nos die

ron a probar en una galería de arte.


El Raven, pájaro mítico de los first nations, que los hay a miles por doquier, y con el que intenté comunicarme.

Victoria, una ciudad sorprendente dentro del aparente orden tan americano de esa parte de Canadá. Contradictoria, por sus edificios victorianos, su acento tan British, conviviendo con toda suerte de homeless y colgados. Noche mugrienta en un albergue de mochileros. Entusiasmo en el Museo, por la hermosa colección de arte nativo, y las excelentes explicaciones sobre el progresivo declive de los first nations.


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domingo, 3 de octubre de 2010

Vancouver

Hermosa ciudad, en la que pasamos nuestros últimos tres días de vacaciones con un tiempo excepcional. Sin tener que pegarnos muchas carreras, y moviéndonos basicamente con transporte público, hemos recorrido aquellos lugares que según dicen todos no hay que perderse. Granville St. con la alfombra roja y las colas para el Festival Internacional de Cine empezando; un paseito con el sea-bus hasta Lonsdale y ver en el mercado un pulpo de dimensiones que nunca antes he visto; picnic en Stanley park a mediodía despues de saludar a los totem pole que alli se exhiben; regreso a downtown por Robson donde aún sobreviven paqueñas casitas bajas de madera junto a gigantescos edificios contemporáneos de acero y cristal produciendo caprichosos reflejos; en la galería de arte Bill Reid (escultor de origen haida) hemos trabado conversación con cierta dama que nos ha ofrecido una copa de vino en su casa y una charla de lo mas animada; hemos callejeado y cenado comida India en Gastown, el barrio en donde nació la ciudad hace poco mas de doscientos años; nos hemos agotado contemplando centenares de piezas de las culturas de los nativos de la costa noroeste de america en el Museo de antropología de la Universidad de British Columbia; también hemos contemplado la ciudad desde Granville Island; apenas hemos visto Chinatown porque ya habían cerrado todo, así que nos hemos regalado las vistas y la puesta de sol desde la torre del Harbour Center; y después de una copiosa cena en un italiano hemos acabado nuestra visita por donde empezamos, en la bulliciosa Granville St. viendo a unos raperos callejeros.