Domingo, 9hs de la mañana. El Chechu nos ha convocado para plantar árboles en la Vereda. De la Vereda ya os hemos hablado, del Chechu, no lo sé. Chechu es un Pepito Grillo que siempre barunta algo. Lo mismo te pide bicicletas para llenar un camión que luego lleva él mismo hasta Burkina Faso, que te convoca a un encuentro de músicos de calle, que se pone a cocinar judías con chorizo para 50 en el patio de tu casa, que acude en tu ayuda para lo que haga falta si hace falta. Tierno Chechu. Pero no teníamos ni pizca de ganas de ir a plantar árboles un domingo a las 9hs. de la mañana. Después de sopesar pros y contras, que es lo que hacemos últimamente el Barito y yo antes de tomar decisiones comunes y que os recomiendo para evitar discusiones inútiles, ganaron los pros. Duchita, llenado de cesta con lo que teníamos a mano, cafelito y pasteles para los compis, dos azadas y una bota de vino. Camino de la Vereda. La Coba que se queja porque hay muchas curvas, ¡ché, que no, que se le caído la cesta encima! Parada, colocación de cesta, caricia a La Coba y otra vez p'allá. Llegada a la Vereda, se oyen seres por el pueblo. Llegan unos guardias forestales se dirigen decididos a nosotros, pero no, se han equivocado, nosotros somos convocados y no convocantes del acto. LLegan los convocantes , Chechu y Raúl sacan planos. Es arriba.. Hay que trepar, y ahí que nos ponemos en movimiento unas 20 personas, azada al hombro, monte arriba, con unas, dice Chechu, 500 encinas para plantar. Ya hemos llegado. Instrucciones de los guardias. Agujero de 40X40 y 5 metros de distancia entre unos y otros. Yo no cavo, yo reparto encinas.
El sol empieza a apretar y no paran de llegar refuerzos. Todos con perros, cada cual más grande. Se te cuelan entre las piernas, asedian a la Coba, se meten en los agujeros, se sientan en los arbolitos, y todos que fuera chucho, que por ahí no, animal, y me llama el Barito y me dice que tenemos que bajar a preparar la paella. Bajamos. Buscamos la casa de Camarasa.La encontramos. Chechu ya ha sacado el paellero y la paella. Nos ponemos en movimiento.Empiezan a llegar vecinos, que si toma esta tortilla, que si prueba este vinito. Ya han bajado todos, ya se han plantado, dice el Chechu , más de 500 arbolitos. La paella va haciendop chup-chup, pero hay que parar... hay que esperar a que los vecinos enciendan su fogata y pongan sus costillas a asar. Más litronas, más vinitos. Llegan los músicos y ahí va que la de León nos baila una jota con el Javi. El Barito nos baila otra. Saco la cámara, pero cuando hago la foto, ya no baila nadie... Camarasa me llama, es hora de poner el arroz. Los mismo perros de antes merodean entre las mesas. De repente una confusión, unos gritos, unos gruñidos, se han enzarzado. En el suelo un hombre, sujetándose la pierna. Le han mordido. Bastante, por lo que puedo ver al acercarme. Pero aquí hay una médica, le curan, le vendan y se lo llevan a G
uadalajara, la cosa está bastante fea.
Nos reponem
os del susto y cercade las 4hs.1/2, comemos. Viene la tele, nos graban, nos hacen entrevistas. Con el café y el orujo empieza a decaer el sol y nos entra el sopor de una jornada bien repleta. Recogemos los bartulos y nos vamos. ¡Ciao, ciao! que bien lo hemos pasado, gracias a vosotros, no a vosotros, gracias a la vida que nos ha dado tanto, volved cuando queráis.
Y otra vez gracias, a Chechupepitogrillo, Claritasinfondo, Rubeninpuntoenblanco, Elenalachoricera, Tonielextremeño por la dulce velada y la trepidante excursión por el entorno.
La próxima, el 4 de abril, que hay mercadillo de trueque. ¡No os lo perdáis!
