nos vamos a Ascaso

el vivac de Las Perseidas

A ver las lágrimas de San Lorenzo fuimos, pero no las vimos; había luna casi llena, ni vimos apenas ni una estrella..

Como todos los años por esta época, esta vez nos hemos juntado los luques y otros amigos, los pilis, los chechus y nosotros para nuestro vivac de agosto en el río Lillas.

Oviedo

Ya la hemos encontrado

Nos disponíamos a empapelar el segundo perímetro y a colgar anuncios en la prensa local, cuando haciendo las fotocopias en la papelería un señor dijo que creía haber visto a Coba refugiada en una casa ruinosa junto a la carretera de Llanes, en Quintana (a unos 4 km. de Rales, pero creo que solo se puede ir por carretera).

Hemos ido corriendo y allí estaba, la cobíta, asustada y hambrienta, fin de la pesadilla. Gracias a todo el vecindario que nos ha ayudado mucho difundir nuestra búsqueda.

se busca

Hemos venido a Asturias, primero al AgroFilmFestival en el P.N.de Redes con Robert y Michelle, después a Rales (Llanes) con Alistair y Lola, y despues pretendemos ir a reencontrarnos con Rob y Michelle en Oviedo, pero se nos ha perdido la Cobita, ayer por la tarde; estamos agotados de preguntar y repartir carteles por todas partes, y muy tristes, solo han pasado 24 horas, creo que la encontraremos.

Aventura Grosellera

Amigos, fieles adeptos de mis mermeladas, seguidores en general:

Este año hemos tenido super-mega-producción de grosellas. Al ver las ramas tan repletas , llegando al suelo en ocasiones, me entró un escalofrío. ¡Yo solita no podía con tanto!. Tuvimos que llamar a socios y allegados. Fueron dos fines de semana completos. El pasado, con Xexu

  y Carlos, recogimos ( y limpiamos) 25 kgs el sábado. Cocimos y embotamos 115 botes el domingo.

Este finde, una indisposición cervical me tuvo alejada de los trabajos duros. Tuve que convertir los socios en pinches. Levantados a las 6.00, y sin parar de recoger , para luego seleccionar y limpiar ,  32 kgs de grosellas en dos mañanas.Cocer batir, colar y volver a cocer con el azúcar, espumar y espumar. Yo de jefa. Los pinches, como niños ¿Y porqué? ¿Y por qué no?.. pero con buen humor y paciencia , lo consiguieron. Han sido 247 botes, 95 grandes y 152 pequeños. Con alguna perdida. "Este negocio tiene demasiadas perdidas" se quejaban aludiendo a pellejos y pepitas desechadas.

Ayer domingo a las 20.30 dimos por terminada la operación, qué cara de satisfacción  ¿no?

En San José (P.N. del Cabo de Gata, Almería)

Era nuestro "santuario", nuestro recargador de energías positivas . Desde hace más de 20 años, más o menos por estas fechas, nos cogíamos la "fufu". La Volswagen  que el Barito había amueblado con amor, y nos veníamos para acá.  Al camping Tau, que entonces era "alternativo", con recogida selectiva de basuras, y "Cine-club". Con las bicis, nos íbamos "cahin-cahan" hasta el Monsul o el Baronal, Según la inspiración del momento, sorteando lagartos por las dunas. Pasábamos el día, pasando de bañadores y de mi alergia al sol, haciendo castillos en la arena, volando cometas, La sombrilla cuidadosamente atada a la barra de la bici, las cervezas envueltas en papel de periódico, que se quedaban fresquitas, fresquitas hasta la hora del almuerzo.

Volvíamos cuando bajaba el sol. Si teníamos el viento a favor, y no se nos pinchaban ninguna rueda, llegábamos a tiempo de tomarnos un helado en el paseo marítimo.
Luego, San José empezó a trepar las colinas  en busca de más espacio para los turistas, y lo cambiamos por Agua Amarga. Sin "fufu", En un apartamentito de la Señora Carmen. Aprendimos las delicias de la pista pedestre que llega a la Cala del Plomo, y la de San Pedro.
El cabo de Gata, siempre mítico, siempre sorprendente a la hora bruja, Cuando se le tiñe el cielo de rosa, el viento te susurra historias fantásticas de piratas y pastores, y aparece la primera estrella de la noche.
Este año nos entró la morriña. Hemos vuelto a San José. La pista de los Genoveses sigue igual, y aunque el textil hace mella en nuestras costumbres más arraigadas, procuramos disfrutar del sol. Con o sin mareos, con la gastritis punzante, con la alergia del Barito. Con la crisis que la dejamos aparcada, y con todas las flores del cabo surgiendo con valor de la arena.
Mañana contaré más (cómo recalamos en un bar de moteros en Rodalquilar, por ejemplo, o como, por fin, el Barito se va a comer un arroz con bogavante esta noche..)

Posada

Ribadesella