La "romancera"

(Gracias a "Javier-cuñado", del Viento del Ocejón por prestarnos sus fotos, que se nos había olvidado la cámara)

Victoria Gullón: protagonizó la sesión de cuenta-cuentos de este mes de enero, en Campillo. Mujer admirable, ya lo he dicho, llena de vida. En la larga sobremesa de antes del cuento, me habló de ella, de cómo había llegado a hacerse"romancera", colgando sus trajes de ejecutiva y lanzándose al mundo de la farándula. En un momento de su vida, un problema de salud le impulsó a dar ese giro. Digno ejemplo de Oliver Sacks ( Un antropólogo en Marte), en vez de lamentarse y vivir apoltronada, dependiendo de la ayuda de unos y otros, decidió cultivar lo que mejor tenía: la voz. Se apuntó a un curso de canto, dónde se dio cuenta que tenía posibilidades de triunfar, y se decidió por cantar "romances". De su tierra, Zamora, dónde vivió una niñez plena de recuerdos, y de dónde fuera. Nos ofreció así un delicioso homenaje a Federico (García Lorca), cuentos de sus pueblos y al final, subió el tono y se atrevió con "cosas para mayores". Le gusta el campo, su gente, sus leyendas, el olor de la tierra y la vida cotidiana de "los de antes. Que los niños jueguen en la calle y que cada uno tome su tiempo en charlar con el vecino. Ahí la veis, transmitiéndonos su amor por la vida y su optimismo.
Los niños, muy atentos, y muy relajaditos, a la vista está.. La verdad se apreciaría, en otras ediciones, que se mantengan fuera del escenario. Se apreciaría también, que los adultos se abstengan de entrar y salir sin importarles lo que sucede en la sala, apaguen su móvil y mantengan a buen recaudo a su prole. Ya sé que no es fácil, pero un pequeño esfuerzo en mostrar respeto por esta gente maravillosa que viene a deleitarnos con su talento, no estaría de más.
Gracias a las dos parejas:Javi-Nuria, Javi-María por tenerlo todo decorado con esmero, y prepararnos la merienda de bizcochitos y chocolate.
Como siempre, cosas sencillas, hechas con ilusión, con gente estupenda, muchos de nosotros "los extraños" cómo se quejaba Yolanda, de Valverde, que aunque vivamos aquí y pongamos la carne en el asador para intentar darle vida a esos pueblos, siempre nos considerarán "de fuera".