miércoles, 12 de septiembre de 2007

San Vicente de la Barquera


En agosto se apagó el abuillo, el día 24, lo que nos ha llevado a Madrid y después, entre cierta tristeza y también alegría porque al final ha alcanzado su descanso, nos fuimos cuatro días a San Vicente de La Barquera, con los Manolos. Cuatro días de paseos y unos cuantos baños en playas de arenas y aguas finas y limpias que nos han ayudado a ahuyentar el maleficio mas rápidamente.

2 comentarios:

Unknown dijo...

La foto de la playa virgen y vacía, con sus vacas pastando tan cerca de la orilla, nos demuestra que en España todavía quedan sitios sin contaminar por el virus del ladrillo.
Hay que conservarlos así.

Anónimo dijo...

Dulce viaje el de Cantabria. Hubo de todo, un poco de lluvia, un poco de sol, muchos pescaditos (fritos), muchos cangrejitos (vivos) asustaditos en sus roquitas, que nosotros perseguíamos. Como si hubiesemos regresado a la infancia, ahí jugando con las olitas y recogiendo piedras y caracolillas, tal y cómo nuestro madre nos echó al mundo. Esto de alguna manera te reconcilia con la madre naturaleza, y con el mundo entero. Vamos, que te hace más humano/a. Recomiendo: un viaje a Cantabría. No porque "te pone" como predica el cartel infame de un tal no sé qué, inmundo y grosero, sino porque "te reconcilia" (contigo mismo si hace falta).