Como empezaba a llover en nuestra finquita canaria de Marzagan, y no nos podíamos llevar a nuestros amigos animalitos, nos fuimos para el Sur.
Por esta maldita autovía que costea la isla , atascada de coches y sin apenas salidas al mar.
Después de aparcar ,Después de franquear la zona "shctroumpf-du-cul", llegamos a las dunas.
Nos despojamos de la ropa sobrante que en el caso de Álvaro fue toda, y cual viajantes sedientos atravesando el desierto llegamos a la orilla.
Plouf.. y a otra cosa mariposa.
29º marcaba el termómetro, y nos hubiésemos quedado de no ser por los "schtroumpfs.." ya un poco beodos a estas horas y la arquitectura deprimente del paraje. ¡Qué pena! y qué ricas las sardinas con papas que nos comimos.
Así que nos volvimos para el norte, la lluvia , el viento y la belleza pura de unos pueblecitos que conservan aún restos de pasado hermoso . Ingenio y el barrio de San Francisco de Telde.
Parque de enanitos , con un sentido recuerdo al paso de unos niños saharauis.
El último día, lo reservamos a vaguear por Vegueta, que, como dice Felix Albo, es una delicia.
Añadimos algunas enseñanzas a nuestra ignorancia (por ejemplo que Canarias, viene de Canes, y significa isla de los perros, y que solo por eso ha merecido la pena el viaje.
El Barito se sintió marino por un instante y se quedó conversando con dos loritos altamente hartos de manoseos turistas en el museo de Colón.
El canario, muy recomendable, con buena información de la vida autóctona
.
Queremos volver, por sus paisajes grandiosos, por sus encantos, por el carácter de sus gentes y lo acogedor de sus casas de piedra.
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