miércoles, 18 de abril de 2012

Fuerteventura, tropecientos millones

De años, o de siglos... esta es la mas 'antigua' de las Canarias, y si probablemente es la mas abundante en playas, y las mejores, tambien tiene mucho mas que sol. Es magnifico su interior y muchos de sus rincones costeros;  y lo mejor de todo: los majoreros y las majoreras son encantadores.
Hemos pasado seis días habitando Corralejo, al norte, enfrente de la Isla de Lobos y a la vista de la cercana Lanzarote, al otro lado del canal de la Bocayna. Personalmente he inspirado mi visita con la lectura de la novela 'Fuerteventura' de A. Vazquez Figueroa, una novela entretenida, menor, pero desarrollada en esa isla en tiempos de la Segunda Guerra Mundial; de la novela he obtenido algunos retazos de la personalidad de la isla, y me he quedado con ganas de visitar 'Villa Winter' y la costa de Cofete porque eran demasiados kilometros de pista. Lo que mas me ha gustado en terminos generales es el pueblo de El Cotillo. Lo que menos la destruccion y colonización cultural que ha provocado el turismo, acabando con la economía isleña del ceral y la cabra. ¿Sabiais que Fuerteventura fue en su tiempo 'el granero' de Canarias, que aportaba cereales para todas las islas?.

2 comentarios:

Mijo dijo...

Sorpresa con Fuerteventura, de la que no se habla mucho , si no es de sus playas y sus deportes acuáticos. Nosotros, deportes pocos. Tomar el sol un rato y el Barito dejarse arrollar por las olas oceánicas. Pero andar.. Por las dunas. Por la costa de los lagos de aguas turquesas en busca de un faro en el que se contaba la historia pesquera de la isla. Por los túneles de lava dónde habita una araña microscópica, ciega y transparente. Por entre los molinos de gofio y en busca de los orígenes perdidos. ¿Hubieron guanches? No lo confirman. Lo que si confirman es que hubo conquista, de las villanas y por la fuerza. Muestra de ello la Casa de los Coroneles, y las iglesias de Betancuria. Enfin que nos lo hemos pasado muy bien, recorriendo extensiones de tierra erosionada por los alisios de millones de años. Con una variedad cromática de ocres emocionante. Y dando de comer a todos los animalitos que nos surgían al paso: ardillas morunas que tildan de invasivas para los cultivos que ya no existen, los cuervos croantes, los lagartos esquivos y los gatos protegidos por una ong de gatos alemana del hotel dónde nos hospedábamos. Lo dicho, chupi-chupi..(de hecho estamos pensando repetir).

Casa Rural Las Tainas de Carabias Sigüenza dijo...

!Qué envidia de viaje!. La foto con el cuervo, simplemente GENIAL.