Alarma tras alarma, al final ocurrió. Nevó de lo lindo. Majaelrayo aislado, todo se ve mejor desde dentro.
Algunas instantaneas del pueblo nevado, fue el barito que se atrevió a asomar la nariz.
Esperabamos a los chicos, todos que se habían citado a quí. Llegaron pese a las placas de hielo, los constipados y el pánico contagiado por las noticias del tiempo. Mi niña febril, pero sin perder la sonrisa. Ahora esperamos Navidad
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