
.. en las iglesias de este lugar. Si, supongo que se trata de un homenaje a los hombres de mar que contribuyeron a que este país sea lo que es, y lo que ha sido, y todo aquello de lo que también ha tenido que defenderse a lo largo de su historia. Hemos visto pocas iglesias, pero en todas hay una maqueta de un barco colgada de alguna de sus bóvedas.

El de esta otra iglesia no me he atrevido a fotografiarlo, porque nosotros también estamos colgados y hemos acudido a un conciertito de órgano y dos voces, todos los parroquianos muy entregados, y me ha dado corte sacar la cámara en pleno acto artístico. Sin embargo no nos ha dado corte ninguno cantar con ellos, en danés, uno de los varios salmos que, entre brahmes, mozarts y beethovenes, se aplicaban los pios y pias asistentes. Nos han ofrecido lo que yo creía un libro de misas, además de programa del concierto, cuando hemos entrado. Lo hemos rehusado con nuestra mejor sonrisa, ¡lo sentimos, no hablamos danés, muchas gracias’. Pero luego hemos ido descubriendo que el libro es el libro de los salmos, y es que entre piaza y pieza se ponen todos de pie, se vuelven hacia el órgano, que esta atrás, y cantan a coro, y cantan muy bien por cierto. Bueno pues uno de los últimos salmos estaba escrito en el programa de mano, así que ni cortos ni perezosos, en danés y todo, lo hemos cantado con ellos, y nos han felicitado porque por lo visto no lo hemos hecho muy mal.
Para celebrarlo nos vamos a hacernos unas Tuborg en Den Roden Pimpernel, nuestro bar preferido, de los que tienen horarios de bar, porque hay otro en el puerto pesquero que es autentico por dentro y por fuera, pero tiene horarios de oficina, por eso casi nunca lo pillamos.