Y hemos terminado la c

orta. Este fin de semana ha
venido un equipo de jóvenes aprendices de leñadores a ayudarnos. Titánico trabajo.
Imaginaros: la ladera de un monte. Unos cien roblecitos que nos tocan. Todos debidamente "tumbados" ya, gracias a Álvaro y su sierra mágica, y una costilla suya magullada.
Ahora bien, imaginaros: 100 mts. de ladera de monte muy empinada.Tienes que subirte los 100 mts. coger el tronco, atarle una cuerda y arrastrarlo hasta el "cargadero", al borde de una pista forestal accesible al tractor que se encargará de llevarnos toda esa leña a casa. Dejas el tronco y vuelves a subir, y así 100 veces.
GRACIAS a todos
Sin vosotros no lo hubiesemos podido lograr
A Manolo, porque a pesar de un lumbago punzante, se arrastró sus roblecitos sin perder la sonrisa. A Laura, nuestra "jefa ind

ia", por haber estado ahí desde el principio, y haberle tocado el trabajo más duro. A Alexei, por además habernos regalado unas fotos preci

osas. A Julio, por su buen humor, que no habla mucho pero cuyos ojos lo dicen todo. A super-Elias, el "tiito", por haber organizado sin descanso todo el trabajo de las alturas. A Irene, nuestro elfo saltarin, por sus risas y su incombustibilidad. A Javi, el "osito osteoporosis", por su fidelidad a nuestra causa. Al Barito , por haberse olvidado de los años, la costilla y el ventolín, y animar con entusiasmo a todo el personal.
Y a mí, que no hice nada, porque prudentemente preferí encargarme del mantenimiento de la tropa. Por haberles regalado un despertar con música de wagner y zumo de naranja.
Hasta la próxima...