El viajero
viernes, 17 de abril de 2020
sábado, 28 de marzo de 2020
Animalitas
Lo confieso: tenemos una perra. Y estoy un poco hasta el moño de sentirme culpable por ello.
Ni grande ni pequeña, más bien mediana, unos 10kgs. si no fuera porque en los últimos quince días habrá engordado unos 2 más.
Y si, tenemos permiso de las autoridades para sacarla a "pasear" 3 veces al día. Y si, a mi también me duele que no se puedan sacar a los niños a pasear, ni siquiera con correa. Mi empatia para las familias con infantes en esos duros momentos es absoluta y total.
Vivimos en un piso, en un pueblo, a unos 200 metros del campo. Se ve desde mi ventana.
Somos muy a favor del "quédate en casa" y de seguir a rajatabla las reglas impuestas para parar la progresión del virus. Mi perra, no contagia el coronavirus. pero por si acaso , desde el principio del confinamiento la sacamos por riguroso turno, Álvaro y yo, en horarios poco concurridos por demás canes y propietarios de.
A las 7.00 de la mañana, alrededor de la 5.00 de la tarde, y de las 10.00 de la noche.
Y , a ver, lo de sacar "a pasear el perro" es un eufemismo. La sacamos a cagar y mear, perdónenme la ordinariez. Un perro, perra en este caso, que vive en un piso, tiene los esfínteres educados para evacuar a horas fijas.
Lola ( es la perra), los tiene particularmente delicados (los esfínteres). No porque la hayamos educado así , sino que lo llevaba en los genes cuando la adoptamos. Lola no sabe miccionar ni defecar en el asfalto ( leanse acera, portal...). Solo se le relajan ( los esfínteres), si hay tierra, hierba y se encuentra "escondida", detrás de un matorral o cualquier cosa que le haga sentirse segura.
Problema cuando acudimos a una ciudad. Coba (la perra anterior a esta) observaba la misma
Pero creo que este relato escatológico se me va de las manos.
Vuelvo al "paseo" de Lola en época de confinamiento, regulado por unas reglas estrictas y un bando municipal amenazador.
Así que (lo confieso), recorro los 200 metros que me separan del campo, suelto a la perra, y me espero a que se inspire. No suele ser más allá de los 250 metros, pero, hay días que llegamos a los 300 (616 ida y vuelta me informó un día el chivato del programa ese que te mide los pasos). Sin cruzarnos con nadie al que se pueda acercar moviendo el rabo en busca de una caricia (la perra, no yo). Lo juro. Lo juro.
Juro que no me dejo seducir ni por las florecillas del camino, ni por el sol que se asoma detrás del Montgó, ni por el olor del azahar próximo. Nada que pueda hacer parecer que estoy disfrutando del "paseo".
Cierro mis (iba a decir esfínteres..) sentidos al placer y vuelvo muy seria y al trote, con la Lola "liberada", para mis aposentos, mi terraza y mis vistas al campo próximo.
Lola, Álvaro y yo, os estamos muy agradecidos por confiar en nosotros , y no pensar que usamos a nuestra animalita para saltarnos a la torera el confinamiento.
La única que no lo lleva muy bien, es Freya, la gata, pero Freya siempre se ha mosqueado cuando hemos salido con la tonta de la perra.
martes, 28 de agosto de 2018
Casi un año ya
Montgo al atardecer y al amanecer.
Han pasado muchas cosas: hemos conocido a la Associació de veïns y veïnes de Jesús Pobre, que nos ha brindado calurosa acogida.
Hemos paseado, y mucho por la contornada.
Hemos recibido, y muchas, visitas.
Nos hemos ido de viaje a Francia (Préfailles y La Couronne)
Angoulême |
Préfailles |
Me he roto un pie, circunstancia que nos ha inmovilizado por un tiempo
Añadir leyenda |
Y el colofón, el domingo, con la Escaldá.
Tradición ancestral recientemente recuperada por nuestros amigos de la Associació y el Ayuntamiento. Declarada BIC ( Bien de interés cultural) la semana pasada.
Con la participación de todo el pueblo, o casi, un ambiente entrañable .
Y un enigma:¿ Quienes son las gemelas del abanico ? ¿Cómo se han colado en la foto?
sábado, 7 de octubre de 2017
emigramos
Después de una larga y amortizada etapa de doce años en la montaña nos mudamos, de vuelta a Levante. Tras unos cuantos meses de búsqueda nos hemos decidido por un lugar poco conocido, pero muy cerca de casi todo: Jesús Pobre, en la Marina Alta. Empezamos una nueva etapa de vida en la falda del Montgó, que esperamos sea tan fructífera como la anterior; ya iremos contando...
martes, 20 de diciembre de 2016
Para el sur -Islas Canarias (2)
Como empezaba a llover en nuestra finquita canaria de Marzagan, y no nos podíamos llevar a nuestros amigos animalitos, nos fuimos para el Sur.
Por esta maldita autovía que costea la isla , atascada de coches y sin apenas salidas al mar.
Después de aparcar ,Después de franquear la zona "shctroumpf-du-cul", llegamos a las dunas.
Nos despojamos de la ropa sobrante que en el caso de Álvaro fue toda, y cual viajantes sedientos atravesando el desierto llegamos a la orilla.
Plouf.. y a otra cosa mariposa.
29º marcaba el termómetro, y nos hubiésemos quedado de no ser por los "schtroumpfs.." ya un poco beodos a estas horas y la arquitectura deprimente del paraje. ¡Qué pena! y qué ricas las sardinas con papas que nos comimos.
Así que nos volvimos para el norte, la lluvia , el viento y la belleza pura de unos pueblecitos que conservan aún restos de pasado hermoso . Ingenio y el barrio de San Francisco de Telde.
Parque de enanitos , con un sentido recuerdo al paso de unos niños saharauis.
El último día, lo reservamos a vaguear por Vegueta, que, como dice Felix Albo, es una delicia.
Añadimos algunas enseñanzas a nuestra ignorancia (por ejemplo que Canarias, viene de Canes, y significa isla de los perros, y que solo por eso ha merecido la pena el viaje.
El Barito se sintió marino por un instante y se quedó conversando con dos loritos altamente hartos de manoseos turistas en el museo de Colón.
El canario, muy recomendable, con buena información de la vida autóctona
.
Queremos volver, por sus paisajes grandiosos, por sus encantos, por el carácter de sus gentes y lo acogedor de sus casas de piedra.
Hasta pronto, Islas Afortunadas
lunes, 19 de diciembre de 2016
De Marzagan a las cumbres: las Islas Canarias (1)
Es una tierra para recorrerla pasito a pasito.
En cuanto te adentras, te ves rodeado de verdor
Enormes lomos de gato en los que te gustaría hundir la mano para acariciar
Ya estás acechando un ronroneo cuando te sorprenden las ciudades.
Empinadas cuestas flanqueadas de robustas edificaciones. Unas amables, otras no tanto, te hacen sospechar de una historia repleta de desigualdades y opresión
"Gente de bien", nobles arruinados,enviados por la corona levantaron esos muros
¡Guanches!, gente amables y de grandes perros ¿Cuanta codicia despertasteis?
¿Qué terribles pecados habréis cometido, para que os pretendan atrapar en este diabólico engendro, fruto de la manipulación y el ansia de poder?
¿Qué maléfico conjuro dejó al bochinche prisionero de la navidad?
Tierra de fuego amenizado, que se hunde en cráteres milenarios, por cuyas pendientes se adivina una vida antigua al abrigo de sus grutas , pacífica y risueña.
Estás oyendo sus risas y su dulce hablar.. "stá bueno muyaya.."
Un rancho con papas en Artenara, con vistas al Morro de los Cuervos nos reconcilia con la gentileza de la isla y sus isleños.
En cuanto te adentras, te ves rodeado de verdor
Enormes lomos de gato en los que te gustaría hundir la mano para acariciar
Ya estás acechando un ronroneo cuando te sorprenden las ciudades.
Empinadas cuestas flanqueadas de robustas edificaciones. Unas amables, otras no tanto, te hacen sospechar de una historia repleta de desigualdades y opresión
"Gente de bien", nobles arruinados,enviados por la corona levantaron esos muros
¡Guanches!, gente amables y de grandes perros ¿Cuanta codicia despertasteis?
¿Qué terribles pecados habréis cometido, para que os pretendan atrapar en este diabólico engendro, fruto de la manipulación y el ansia de poder?
¿Qué maléfico conjuro dejó al bochinche prisionero de la navidad?
Tierra de fuego amenizado, que se hunde en cráteres milenarios, por cuyas pendientes se adivina una vida antigua al abrigo de sus grutas , pacífica y risueña.
Estás oyendo sus risas y su dulce hablar.. "stá bueno muyaya.."
Un rancho con papas en Artenara, con vistas al Morro de los Cuervos nos reconcilia con la gentileza de la isla y sus isleños.
Y no, no hace falta viajar a Indonesia para disfrutar de esos paisajes.
jueves, 8 de septiembre de 2016
COLLIOURE, ETAPA FINAL
Bajamos a Collioure al atardecer. Recuerdo haberla nombrado en uno de mis poemas infantiles ( yo era la "Minou Drouet" de la famille), como "un petit joyau dans son écrin". No sé porque la nombre así, pero al encontrarme con Collioure cuando se abre al mar, lo entendí.
Álvaro también, se quedó "bouche bée".
Es un puerto mágico, abierto al mediterráneo y a su luz con toda la fuerza de sus murallas ancestrales. No transmite agresividad ni dramatismo, como pueden hacerlo La Rochelle o Saint Malo, sino una amabilidad dulce, una permisividad que invita a entrar, a sentarse y contemplar.
Barcos de pescadores. Pequeñas fabricas de anchoas en salazón. Todo a medida humana.
Ha crecido a lo ancho, por las urbanizaciones que se adivinan flanqueando las montañas.
Sigue oliendo a viña, a sal , a fenouil y a especies.
Paseando por sus calles, bajo sus balcones "joufflus", recordamos el itinerario diario de Machado.
Una lagrimita y un sentir por esa maldita guerra que intentó una vez más hacerse con nuestra libertad.
En el puerto de Port-Vendres, igualmente amable, pero más real, una inscripción recuerda que desde ahí zarparon hacia Argelia los barcos cargados de perseguidos por el fascismo "Plus jamais le fascisme".
Cobita seguía nuestros pasos, resignada.
Compramos anchoas y vino.
.A los vinos de Bourgogne o de Bordeaux, que me parecen vinos tristes, pesados, ceremoniosos aunque a veces sublimes, pero a beber en soledad, prefiero los cantarines del "Roussillon". Vinos alegres, de buena fruta, de cantar todos juntos alrededor de la mesa. Tienen " l'accent du midi" y el sol en sus botellas.
El bodeguero que nos lo vendió llevaba esta pegatina en el mostrador.
En todos los lugares turísticos visitados, nos preguntaban si veníamos de "Catalunya" o de "España".
El dulce Banyuls hizo remontar las burbujas doradas de mi infancia.
Guarde las gemas en mi mochila.
Que no se deslicen más en el agujero negro de la desmemoria.
Nos prometimos volver, quizás para mucho tiempo.
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